miércoles, 11 de marzo de 2020

La escuela del perrodragón, hoy...Tercer grado



Anoche no dormí porque sé que hoy empiezo el tercer grado y mi mamá me dijo que ya soy un hombrecito y la enfermera me dijo que ya soy un nene grande y mi abuela me dijo ya estoy crecidito. Por eso no dormí. Tenía mucho en qué pensar ahora que crecí tanto.
Hay sol. La enfermera me acomodó en mi silla y me puso frente a la ventana. En un rato llegará mi maestra. Se llama Victoria y es más buena …, también es una maestra diferente a otras maestras, porque no da clases en el aula de una escuela, sino en las casas de los chicos como yo. 
Cuando ella viene vamos a mi aula particular. Mamá la construyó en el patio. Es toda de vidrio para que entren el sol, el cielo, los árboles y los pájaros. A mí me gusta cuando está por llover y entran las nubes negras y arman una tormenta con rayos y truenos y gotas gordas de lluvia.
En mi aula tengo un pizarrón blanco y tizas de colores, un equipo de música y un cajón de manzanas pintado de verde y azul, lleno de libros de cuentos. Mi perro Duke me mira desde afuera. Con el hocico ensucia los vidrios y mamá protesta. A mi perro Duke no lo dejan entrar a mi aula porque como está muy viejo no controla sus súper poderes y cuando se duerme sueña y cuando sueña, zaz ahí nomás se convierte en Dukedragón y con las alas levanta un viento de locos y todo rueda por el piso, el cuadro donde soy el hombre araña, los útiles,  la enfermera y mi hermanito, que siempre anda dando vueltas alrededor mío haciendo lío. 
Mi maestra me canta, me cuenta cuentos, me hace escribir y dibujar tomándome de la mano. A veces yo no tengo ganas de estudiar, entonces me hago el dormido.
Mi yaya dice que como ya entré a tercero, vamos a empezar a escribir cuentos los dos  juntos, a cuatro manos, dice. Yo le digo que los vamos a escribir con dos cabezas y me imagino que con mi yaya somos así, una persona doble, con cuatro manos y dos cabezas y me río porque con cuatro piernas para andar, seguro nos enredamos y nos caemos y rodamos por el pasto, como cuando yo era chico y no estaba así de quieto.
Cuando los días son lindos y yo le presto mucha atención, mi maestra se va contenta. Le dice a mi mamá, preparalo que mañana vamos a visitar la escuela.
Cuando sé que visitaré mi escuela, tampoco duermo la noche anterior.



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