viernes, 6 de marzo de 2020

La escuela del perrodragón, hoy...Socializar


Cuando cumplí dos años Yaya dejó de cuidarme todos los días, empecé a verla una vez a la semana y un rato nomás porque mamá y Horacio que es mi terapeuta decidieron que tenía que socializar. Socializar es estar con gente para no volverse un ogro me explicó mi yaya, porque yo estaba un poco triste porque no la iba a ver tanto, así que como no quiero ser verde y gordo y peludo decidí ir a socializar sin hacer ningún escándalo arrastrando mi mochila de carrito como lo hacen los niños grandes de la primaria. Arrastrar mi mochila de carrito en la vereda me gusta porque escucho el crash crash crash que hacen las ruedas al rozar con las baldosas y me imagino que detrás de mí viene un señor, o un perro comiendo y que sus muelas al morder las galletitas hacen crash, o que viene un músico haciendo sonar un instrumento que él inventó y construyó y es único en el mundo, o que viene un dragón con un ala rota, entonces me doy vuelta porque si es un dragón con un ala rota yo se la puedo arreglar porque tengo herramientas y mucha imaginación y mi yaya me dijo que con herramientas y mucha imaginación se puede arreglar lo que uno quiera, y que un lápiz también es una herramienta que puede construir un universo todo entero o arreglar este que tenemos que a veces funciona mal.

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